Andando siempre entre la realidad y el Universo ficticio que crea mi mente. Me encuentro a la deriva del humano, buscando siempre lo que no encuentro y encontrando siempre más poesía.
No es que sea un don o una maldición, es un estilo de vida. Una manía o una profesión. Un Quijote moderno que buscando aventuras encuentra versos, alejándose siempre de lo tangible, sumergido en el afecto y vicio del buen arte; el arte que consume la mente y libera de las leyes físicas limitadas; el arte de leer y volar; el arte de tener y crear; el arte de estar y escribir.
Así es como yo siempre - y muchos otros que siguen el oficio de poeta o escritor andante- andamos de aventura en aventura, de libro en libro, de hojas a mentes y de pensamientos a emociones. Andando solitarios y muy pocos –de los cuales me siento afortuno de pertenecer- acompañados de nuestra dulce princesa. Esa princesa que vigila nuestro camino y es la fuerza o el sentimiento que da la tinta a nuestra verdadera alma.
Y así es como nosotros vagamos por el mundo profesando nuestra religión y nuestros versos.
Soy poeta de caminos olvidados
De senderos perdidos en emociones
De rimas y poemas manchados
Príncipe de sueños y pasiones.
De senderos perdidos en emociones
De rimas y poemas manchados
Príncipe de sueños y pasiones.